Las alergias son una de las seis patologías más frecuentes, especialmente, en los niños según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta afección del sistema inmunológico es una reacción del organismo a unas sustancias conocidas como alérgenos. Casi cualquier cosa puede producir alergia y los síntomas suelen aparecen luego de varias exposiciones.
Hay cuatro componentes que son necesarios para una reacción alérgica: el alérgeno, inmunoglobulina E (anticuerpo), mastocitos (células presentes en la piel y la mucosa) y la histamina. Es importante tener esto en cuenta ya que, a veces, podemos confundir una alergia con una gripe. Aunque hay muchos tipos, las alergias se pueden clasificar de la siguiente forma: estacional, de interior, a las mascotas, cutáneas, alimentarias, al polen, al sol y conjuntivitis alérgica.
Además, según el tipo de alergia los síntomas varían y pueden ir de graves a leves. En los peores casos, las alergias pueden desencadenar una reacción que puede poner en riesgo la vida de la persona que se conoce como anafilaxia. Durante los últimos años, los casos de alergias han aumentado progresivamente en la población mundial debido a una serie de factores externos.
El cambio climático y la contaminación atmosférica son algunas de ellas. Los hábitos alimentarios de las personas han cambiado y dado más importancia a los productos procesados. Esto ha alterado nuestra flora intestinal y ha hecho que la población sea más sensible a ciertas sustancias. Otros estudios señalan que la excesiva higiene ha debilitado nuestro sistema inmunológico.
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